Jacopo Carucci, el Pontormo, nació en la cercanía de Florencia, adoptando el nombre de su villa. Vassari menciona que al morir sus padres quedó bajo la tutela de su abuela quien lo llevó a Florencia y ahí Bernardo Vettori lo dejó al cuidado de Leonardo da Vinci, después perteneció a los talleres de Mariotto Albertinelli, Piero Cosimo, y en 1512, al de Andrea del Sarto, a quien dejó al poco tiempo. Fue protegido de la familia Medici, pero no fue pintor de la corte. Su obra en general es de tema religioso, aunque posee algunos trabajos de tema mitológico. El Pontromo es considerado uno de los primeros pintores manieristas, y por su carácter rebelde y su actitud caprichosa no parece haber tenido en vida tanto éxito como algunos de sus contemporáneos.