Eugéne Chatenay, Francia, siglo XIX
La primavera, 1890
Óleo sobre tela
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Se tiene poca información sobre el origen de este pintor. Sin embargo, en su obra podemos apreciar características ineludibles del movimiento impresionista, y más concretamente, de escuela francesa. Dentro de los recursos impresionistas que destacan de su obra podemos apreciar la pincelada suelta y barrida, así como los colores fríos y apastelados que dotan a la obra de un aire apacible, característico de la temporada primaveral.
La Primavera retrata un paisaje campestre y una escena cotidiana de inspiración costumbrista. Destaca el tratamiento del cielo anubarrado y la profundidad dada a través del sendero que, además de dar profundidad, crea y organiza el espacio subordinando el resto de los elementos –las casas, los árboles, el lago y las barcas- a su eje.
Por las fechas de esta obra, posterior al inicio del movimiento, es posible que el artista trabajara en alguna pequeña ciudad o provincia y no en París. Por la vestimenta de la mujer que aparece en la obra posiblemente pertenezca a la región de Bretaña, al norte de Francia.
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