Francisco de Zurbarán (Fuente de Cantos, 1598-Madrid, 1664)
La cena de Emaús, 1639
Óleo sobre tela
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Reconocido como uno de los más destacados pintores españoles del siglo XVII, Zurbarán dedicó una buena parte de su producción no sólo a satisfacer los encargos realizados por la Iglesia, sino también a la preparación de una buena cantidad de obras que fueron enviadas a la Nueva España.
La Cena de Emaús procede del Convento de San Agustín de la Ciudad de México donde se encontraba desde el siglo XVII, y en 1861 ingresó a la colección de la Academia de Bellas Artes de San Carlos.
La obra tiene como fuente el pasaje bíblico que relata la aparición de Jesús, en la figura de un forastero, a dos de sus discípulos que se trasladaban a Emaús.
Al centro de la composición aparece Cristo y a cada lado sus compañeros que, con mirada atónita, observan el rostro de Jesús. La escena se destaca por el uso del marcado claroscuro que enfatiza las manos de Jesús partiendo la hogaza de pan, la blancura del mantel y el pequeño bodegón, aunque la luz también baña, tímidamente, los rostros y las manos de los discípulos.
Así, y mediante luces y sombras, Zurbarán no sólo acentúa la fuerza del componente devocional, de igual manera refuerza el aspecto espiritual y el misticismo del suceso enmarcándolo en un ambiente contemplativo y sobrecogedor, elementos frecuentemente utilizados por el autor con el fin de acercar y hacer más inteligible el mensaje de fe a los creyentes.
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