Esta obra sienta las bases de la pintura de género histórico en México. Los aspectos más alagados por la crítica fueron: la ambientación de la escena apegada a su contexto histórico, la expresión de las emociones de los personajes representados, la armonía en la disposición de los elementos y la ilusión de volumen espacial. La composición presenta como protagonista a la reina Isabel de Portugal quien, con su mirada perdida, aporta al conjunto un carácter sombrío. Sin embargo, en el título que Clavé dio a su obra La primera juventud de Isabel la Católica al lado de su enferma madre, da protagonismo a Isabel hija, personaje de gran importancia para la historia tanto de América como de España. Son representados los infantes Isabel y Alfonso en una actitud serena consolando a su madre. En el trono aparece el escudo de Castilla y al fondo un cuadro enmarcado con formas góticas, representa a la Virgen y al Niño Jesús, que aportan al pasaje un sentir religioso.